En un avance significativo en la robótica, investigadores de la Universidad China de Hong Kong han desarrollado un robot inspirado en los caracoles, capaz de trepar paredes mediante una combinación de pistas tipo oruga y ventosas retráctiles. Este robot, que se asemeja en forma a un caracol con una carcasa metálica, está diseñado para superar los desafíos de movilidad en terrenos irregulares y verticales, abriendo nuevas posibilidades para su uso en investigaciones de campo, operaciones de rescate y exploraciones espaciales.
La singularidad del robot radica en su capacidad para adherirse a otros robots similares, utilizando una ventosa para formar estructuras como escaleras o puentes, facilitando así el movimiento colectivo sobre y alrededor de obstáculos. Cada robot está equipado con su propio procesador, permitiéndoles operar de manera independiente o en coordinación con otros.
La integración de tecnología magnética en las pistas no solo mejora la adhesión en diversas superficies, sino que también permite a los robots organizarse en formaciones complejas para superar barreras físicas de manera eficiente. Aunque actualmente se controlan de manera remota, el objetivo es lograr una operatividad autónoma completa, potenciando su aplicación en entornos desafiantes y poco accesibles para los humanos.
Este desarrollo no solo destaca el potencial de la inspiración biológica en la robótica, sino que también promete transformar la manera en que los robots interactúan con su entorno, haciendo posible la exploración y el trabajo en áreas previamente inaccesibles.