ATACAMA | RASTREANDO EL BIG BANG

El observatorio Simons rastrea huellas del Big Bang en el desierto de Atacama

Por Kipp
El firmamento nocturno sobre Chajnantor, Atacama. Imagen generada por IA.
El firmamento nocturno sobre Chajnantor, Atacama. Imagen generada por IA.

En la vasta y desolada extensión del desierto de Atacama, uno de los lugares más secos y elevados del mundo, un equipo internacional de científicos está explorando los confines del universo. Este esfuerzo es liderado por el Observatorio Simons, que ha desplegado un conjunto de telescopios de vanguardia en la región, conocidos como el Simons Array. Su misión: encontrar huellas de los primeros instantes del universo y arrojar luz sobre uno de los mayores misterios científicos de nuestra época, el Big Bang.

El desierto de Atacama, con su aire seco, su altura de más de 5,000 metros sobre el nivel del mar y sus cielos excepcionalmente despejados, es el entorno ideal para la observación del cosmos. A lo largo de los años, este lugar se ha convertido en un epicentro global para la astronomía. Aquí se encuentra el Observatorio Simons, que no solo se enfoca en estrellas y galaxias, sino que apunta a uno de los fenómenos más esquivos y fundamentales del universo: la radiación de fondo de microondas (CMB, por sus siglas en inglés).

¿Qué es la Radiación de Fondo de Microondas?

La CMB es una radiación remanente del Big Bang, que ocurrió hace aproximadamente 13.800 millones de años. Esta radiación es un eco lejano de los primeros momentos del universo, cuando la materia y la energía se dispersaron en todas direcciones durante la gran expansión que originó el cosmos. Aunque hoy en día el universo está lleno de estrellas, planetas y galaxias, en ese momento solo había un mar denso de partículas subatómicas.

La importancia de la CMB radica en que su estudio permite a los científicos retroceder en el tiempo, a una era en la que el universo era increíblemente joven, denso y caliente. Al observar estas huellas, los astrónomos pueden obtener información clave sobre la composición y estructura del cosmos en sus primeros instantes, lo que a su vez ayuda a entender fenómenos como la expansión del universo, la formación de galaxias y la misteriosa «inflación cósmica».

La Inflación Cósmica y el Simons Array

Uno de los principales objetivos del Simons Array es investigar la teoría de la inflación cósmica, una hipótesis que postula que, inmediatamente después del Big Bang, el universo experimentó una expansión extremadamente rápida en una fracción de segundo. Esta expansión, que ocurrió a una velocidad mayor que la luz, dejó impresiones en la CMB, que los científicos esperan detectar con estos telescopios.

El Simons Array, compuesto por varios telescopios instalados en el Llano de Chajnantor, en Atacama, ha sido diseñado específicamente para medir con gran precisión la polarización de la CMB. La polarización es un fenómeno que ocurre cuando la luz se dispersa, y en el caso del fondo cósmico, las huellas de la inflación cósmica estarían presentes en estos patrones de polarización.

Implicaciones Científicas

Los datos recopilados por el Observatorio Simons tienen el potencial de revolucionar nuestra comprensión del universo. Si se logran detectar las huellas de la inflación en la CMB, se confirmaría una de las teorías más audaces de la cosmología moderna. Asimismo, estos estudios podrían ayudar a aclarar preguntas pendientes sobre la materia oscura y la energía oscura, componentes invisibles del cosmos que constituyen la mayor parte de su masa y energía, pero de las cuales aún sabemos muy poco.

Los telescopios en Atacama están equipados con sensores de vanguardia que operan a temperaturas cercanas al cero absoluto, lo que les permite detectar diminutas fluctuaciones en la temperatura y la polarización de la CMB. Estos instrumentos son tan sensibles que pueden detectar variaciones de una millonésima de grado, lo que resulta crucial para desentrañar los detalles más sutiles del universo primitivo.

El Futuro de la Cosmología

El Observatorio Simons no está solo en esta búsqueda. Forma parte de una red de colaboraciones internacionales que incluye otros observatorios y centros de investigación. Esta red trabaja para obtener una imagen más completa del universo temprano y los procesos que dieron lugar a la estructura actual del cosmos.

Aunque el trabajo es arduo y los resultados no serán inmediatos, los científicos detrás del Simons Array están convencidos de que los avances tecnológicos actuales los acercan cada vez más a desentrañar los secretos del Big Bang. Cada pequeño avance en la comprensión de la CMB es un paso más hacia la resolución de los misterios más profundos del cosmos.

El desierto de Atacama, con su paisaje árido y aparentemente inhóspito, se ha convertido en el escenario de una de las investigaciones científicas más trascendentales de nuestra era. Desde este rincón remoto de la Tierra, el Observatorio Simons está abriendo una ventana hacia los confines del universo, permitiéndonos vislumbrar lo que sucedió en los primeros instantes tras el nacimiento del cosmos.