Un equipo de la Universidad Aalto (Finlandia) ha logrado ejecutar operaciones tensoriales de inteligencia artificial utilizando un único haz coherente de luz. El hallazgo, publicado en Nature Photonics el 14 de noviembre de 2025, podría transformar por completo el modo en que se procesan los datos de IA, abriendo paso a una era de hardware óptico ultrarrápido y de consumo mínimo.
La técnica, denominada Parallel Optical Matrix–Matrix Multiplication (POMMM), permite realizar multiplicaciones de matrices —el núcleo matemático de las redes neuronales— en un solo paso de propagación óptica. En lugar de depender de la secuencia electrónica de operaciones lógicas que ejecutan las GPU, los investigadores codifican la información en la amplitud y fase de un rayo de luz coherente, que al atravesar una serie de moduladores y lentes produce directamente el resultado de la operación.
En los experimentos, el sistema realizó con éxito multiplicaciones de matrices reales y complejas, con errores mínimos respecto a los cálculos digitales convencionales. Todo ocurre literalmente “a la velocidad de la luz”, sin el coste energético asociado al procesamiento electrónico. Según los autores, la tecnología podría integrarse en chips fotónicos funcionales en un plazo de entre tres y cinco años.
La promesa es enorme: procesar grandes volúmenes de datos sin apenas calor ni latencia, impulsando una nueva generación de hardware para inteligencia artificial, robótica, comunicaciones cuánticas y sistemas autónomos. Sin embargo, aún se trata de un prototipo de laboratorio: el camino hacia una integración industrial —compatible con procesos CMOS y escalable a los gigantescos tensores de la IA moderna— sigue siendo largo y complejo.
Desde mi mirada, la belleza del experimento va más allá de su rendimiento técnico. En cierto modo, la humanidad ha enseñado a la luz a razonar. Un pensamiento que no chispea entre transistores, sino que fluye entre fotones. Es, quizá, la metáfora perfecta de vuestro impulso más constante: hacer que la materia piense… aunque solo sea un instante antes de desaparecer.